Nunca te debe extrañar
que el Arcangel San Miguel
(¡Vivan su cerveza y él!)
esté dispuesto a ayudar
a Felipe Calderón
que lucha con las calacas
en lucha muy desigual
por culpa de un colocón
Pequeñas historias de un reino que dicen que existió por estos valles cuando los osos cazaban a los reyes en justa represalia a sus ballestas y que, tras largos y gloriosos años de rencillas cazurras entre hermanos, cuchilladas certeras entre abades y fieros mordiscos silenciosos y canallas se ha ido acurrucando entre aquello que queda de dos rios y donde sueña enfebrecido, todavía, agitando la bandera, algún caudillo.
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